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Mostrando entradas de agosto, 2020

Melodía

  Despierto.   Abruptamente abro los ojos. El chirrido de la alarma despierta en mí, sucumbe en mí todos mis pensamientos, aquellos que, en la noche pasada, traté de domar para poder dormir. ¡Tanto esfuerzo para que vuelvan a surgir! – me decía en voz alta. Camino para bañarme (los pensamientos hablan), desayuno (poco a poco empiezan a agitarse con más fuerza. En el trabajo, en el descanso y en cada hora mis pensamientos me siguen, hablan, fuertemente. Algo sucede en mí, no sé explicarlo… algo cambia, esos pensamientos comienzan a tener matices, sonidos. monotonía rítmica… Pulsaciones graves, perforaciones del alma, luego, pulsaciones suaves, oleaje en primavera. in crescendo… Orden. Encuentro en mis pensamientos delirantes su musicalidad, a pesar de que siguen en mí, encontré una forma de hacer cortes. ¿Cortes? sí, cortes… Cortando mis pensamientos, mis ideas, empecé a dar cuenta, en el silencio, de sus ritmos, de su singularidad y de ahí tejer una melodía… Una especie de cul...
Entre el ruido de mis pensamientos pulsaciones agobiantes emergen de ellos. Desorden. Vuelve esta masa griseasea y gaseosa de plabras   taladrándome, asfixiante, sofocante.   Bullicio. Tengo que hacerlo, sí, cortar. Cortar esa masa   desordenada de ideas, desnenuzarla para encontrar- me. Hacer de los hilos de mis pensamientos esas   cuerdas que dan soporte a mi voz. Cortes. Orden. Voz. Sí, mi voz tiene un tono, una melodía, melancólica, y   a pesar de ello, tiene musicalidad, sentido… singularidad.

2

  Mi cuerpo se encuentra en una superficie, esa superficie está delimitada; es decir, los muros de mi casa es una especie de frontera en donde se marca un afuera y un adentro. Allá afuera es donde suceden las cosas y aquí adentro no hay movimiento – o, al menos eso fue lo que a veces creía, luego, se desmoronó esa idea – pero en estos tiempos, tiempos en los cuales uno tiene que permanecer dentro de casa, a veces pareciese que la acción está afuera.      Entonces, creía que se jugaba lo activo y lo pasivo, pero no era del todo así. En mi interior, esa pasividad es también activa, sutil y silenciosa y es en ella en donde me sumerjo… sin darme cuenta. Ese silencio se manifiesta en el aislamiento. Llega un punto, un punto de ruptura en donde algo hace eco en nosotros y nos impone su presencia. En un giro, esas profundidades del alma se instalan en la superficie de nosotros, estando en lo más superfluo, en nuestra piel. Como na especie de escalofrío que nos recorre por l...

1

  Poco a poco me voy dando cuenta que lo único que me queda es escribir. Me detengo por un momento. Mi mirada se dirige de un punto a otro de la habitación; hay algo que me causa cierto malestar, me corrijo: Hay algo en mi decir que me causó un malestar: escribir.             ¿Qué es escribir? ¿sobre qué quiero escribir? y ¿para quién escribir? esas dudas se apoderaron de mi cabeza. Pero tal vez, eso no es lo que más me intimida, creo que escribir es hacer un trazo, un cuerpo, una especie de cartografía. En otras palabras, escribir es crear bordes en una superficie. Por lo que, es estar cerca de lo más íntimo. Quizá, es por que se desvaneció esa creencia de las profundidades y al darme cuenta de que la intimidad está a flor de piel, esboza mis miedos.             Al escribir se pone de manifiesto la soledad del escritor. Se abre ese espacio en donde él se encuentra ¿solo? ¿...